Argentina

Violent Deaths of Clandestine Abortion

Las muertes violentas del aborto clandestino

 

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“Their deaths could have been avoided”

Laura was 27 years old, she was 4 months pregnant when bacteria infected her body. She was admitted to hospital in Salta for three days and died. For over a month Carla spent her days in the beds of two separate hospitals in Santiago, she never recovered and passed away. Those two cases are among the list of deaths from clandestine abortion in Argentina. “In these cases the women went by the health system and were systematically ricocheted: delayed service, criminalisation, unnecessary transfers. Their deaths could have been avoided”, said Red Harvest member Luciana Sánchez, of Lesbians and Feminists for the Decriminalisation of Abortion.

Between 30 and 50 women die each year

According to the World Health Organisation, an estimated 22 million women practice clandestine abortions under dangerous circumstances across the globe and around 47,000 die every year. In our country (Argentina), it is estimated that between 400 and 500 thousand women abort in a clandestine manner and between 30 and 50 die each year; their violent deaths considered femicides. Abortion ranks third among hospital discharges related to pregnancy, childbirth, and postpartum at a national level.

“Disapproving comments from hospital staff”

“A large number of women who have the right to legal abortion cannot access it. The reasons: lack of faith in healthcare providers and officials, lack of knowledge of current law, lack of legal information from health professionals who fear a criminal penalty, abuse of conscientious objection with state tolerance, disapproving comments from hospital staff, institutional violence against women in these situations”, as said in the statement ‘Ten Reasons to Decriminalise and Legalise Early Abortion’ from the Center for Legal and Social Studies (CELS).

She said that she had tried to abort the pregnancy and had paid a woman who put a “kind of jelly” in her vagina

The majority of victims are young and poor women. Like Laura Vernoni, who was 27 years old, 4 months pregnant and in an abusive relationship. In mid-December 2014, she was admitted to the intensive care unit of the Mother and Child Hospital of Salta for septicemia: a rapidly progressive bacteria that spreads to different parts of the body in a short time, it passes into the lungs, the urinary tract and requires urgent hospitilisation. She said that she had tried to abort the pregnancy and had paid a woman who put a “kind of jelly” in her vagina. The doctors were unable to lower her temperature and she died three days later.

The doctors diagnosed a severe infection as a result of an incomplete abortion

Carla Décima was 26 years old and had two young daughters. When she became pregnant again, she went to a woman for an abortion in a house in the ‘Toro Yocu’ neighbourhood of Santiago de Estero. On December 7th 2014, she was admitted to the Zonal Hospital in Termas, before being transferred to the capital. She was hospitalised for more than one month with a severe infection, and was able to tell the doctors who had carried out the abortion. She never recovered and died on January 12th. In July 2015, another 27 year old woman arrived at the Ramón Carrillo Regional Hospital in Santiago del Estero with abdominal pain. The doctors diagnosed a severe infection as a result of an incomplete abortion. She was hospitalised for two days and died.

For legal, safe and free abortion it is necessary to “apply the law, spread information about methods and destigmatise those who wish to interrupt pregnancy. It is also necessary to work on obstetric violence (related to childbirth) and encourage women to report”, explained Luciana Sánchez.


Version en español

Son muertes que se podían haber evitado

Laura tenía 27 años, un embarazo de más de 4 meses y una bacteria que le infectó el cuerpo. Estuvo tres días internada en Salta y murió. Carla pasó más de un mes en la cama de dos hospitales santiagueños, nunca pudo recuperarse y falleció. Las dos integran la lista de muertas por abortos clandestinos en Argentina. “En estos casos las mujeres pasaron por el sistema de salud y fueron sistemáticamente rebotadas: por el retraso en la atención, la criminalización, los traslados innecesarios. Son muertes que se podían haber evitado”, dijo a Cosecha Roja Luciana Sánchez, de Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto.

Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 22 millones de mujeres se practican abortos clandestinos en forma insegura en todo el planeta y unas 47.000 mueren por año. En nuestro país se calcula que entre 400 y 500 mil mujeres abortan de manera clandestina y entre 30 y 50 fallecen cada año: son muertes violentas consideradas como femicidios. El aborto ocupa el tercer lugar entre los egresos hospitalarios por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio a nivel nacional.

“Una gran cantidad de mujeres que tienen derecho a un aborto legal y seguro no puede acceder a él. Las causas: mala fe de proveedores de salud y funcionarios, desconocimiento del derecho vigente, falta de información jurídica de los profesionales de la salud que temen una sanción penal, abuso de la objeción de conciencia con tolerancia estatal, comentarios reprobatorios del personal hospitalario, violencia institucional contra las mujeres en estas situaciones”, dice en el comunicado Diez razones para despenalizar y legalizar el aborto temprano del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

Llegó a contar que había intentado abortar y que le había pagado a una mujer que le puso una “especie de gelatina” en la vagina

La mayoría de las víctimas son mujeres pobres y jóvenes. Como Laura Vernoni, que tenía 27 años, un embarazo de más de 4 meses y un marido violento. A mediados de diciembre de 2014 quedó internada en terapia intensiva en el Hospital Materno Infantil de Salta por una septicemia: una bacteria que avanza rápido y que en poco tiempo se distribuye por diferentes partes del cuerpo, pasa a los pulmones, las vías urinarias y requiere una hospitalización de urgencia. Llegó a contar que había intentado abortar y que le había pagado a una mujer que le puso una “especie de gelatina” en la vagina. Los médicos no pudieron bajarle la fiebre y tres días después falleció.

Los médicos diagnosticaron una infección grave por un aborto incompleto

Carla Décima tenía 26 años y dos hijas pequeñas. Cuando volvió a quedar embarazada, acudió a una mujer para que le practicara un aborto en una casa del barrio Toro Yacu, en la provincia de Santiago del Estero. El 7 de diciembre de 2014 la internaron en el hospital zonal de Termas, después la trasladaron a la capital. Estuvo más de un mes internada por una grave infección y alcanzó a contarles a los médicos quién le había hecho el aborto. Nunca pudo recuperarse y falleció el 12 de enero. En julio de 2015, otra mujer de 27 años llegó a la guardia del Hospital Regional Dr. Ramón Carrillo de Santiago del Estero con dolores abdominales. Los médicos diagnosticaron una infección grave por un aborto incompleto. Estuvo dos días internada y murió.

Para que haya aborto legal, seguro y gratuito hay que “aplicar la ley, difundir información sobre los métodos y desestigmatizar a quienes quieren interrumpir el embarazo. También hay que trabajar sobre la violencia obstétrica y buscar que las mujeres se animen a denunciar”, explicó Luciana Sánchez.

Source: http://cosecharoja.org/las-muertes-violentas-del-aborto-clandestino/
Image: Facundo Nívolo